Hace poco alguien me pidió consejo para elegir un coach.
¡Qué gran pregunta!
Por la noche me puse a reflexionar sobre nuestra conversación, pensando que puede haber otros que tengan las mismas preguntas o similares 🙂 Si éste es tu caso, este artículo es para *tí*.
Encontrar un(a) coach
Si pensamos en ir más allá de una ‘búsqueda en Google’, la primera parte de mi respuesta gira en torno al uso de nuestra red y la búsqueda de recomendaciones de personas que conocemos, que quizás ya hayan trabajado con ese coach.
Qué pedirle a un(a) coach
Cuando empiezo a trabajar con alguien, siempre hay una reunión de química. Tenemos la oportunidad de hablar entre nosotros antes de firmar cualquier contrato.
Quiero asegurarme de que el/la coachee se sienta a gusto conmigo, pueda estar abiert@ a compartir información confidencial y sea receptiv@ a mi estilo. Es importante recordar que de poco serviría comenzar a desafiar a un cliente para que se ofenda.
¿Es importante estar bien informado en el dominio en el que se está asesorando al cliente? Esa es una pregunta que debe responder el coachee. En teoría, no lo es. Ni siquiera necesitamos discutir cosas en detalle porque hay metáforas que se pueden usar para discutir temas sin mencionar detalles.
Sin embargo, ¿cómo quieres *tú* trabajar? Encuentra a alguien que trabaje de la manera que funcione para tí.
En cuanto a trayectoria y formación, hay mucha gente que ha hecho un curso de fin de semana y se hace llamar coach, gente que no tiene ninguna formación y se hace llamar coach y gente que tiene miles de horas acreditadas, certificaciones de múltiples instituciones.. Piensa en una fórmula y encontrarás a alguien así. Una vez más, infórmate sobre la trayectoria y experiencia o formación de tu coach, si es importante para usted.
El trasfondo no es sólo la acreditación per se, puede ser el estilo. Es posible que presten más atención a los sistemas, las emociones, el comportamiento, etc. Lo sé, comienza a complicarse, pero ten paciencia conmigo 🙂
¿Un mentor o un coach?
¿O por qué no ambos? Ja. 😛
En serio. En la formación de coaches, se nos enseña a permanecer en el “modo de coach”. Este es un rol muy específico para facilitar una conversación con preguntas, arrojando luz sobre temas que desarrollan conciencia, aumentan la responsabilidad, motivan a la acción y promueven el aprendizaje.
Un mentor es una persona que ha logrado algo que te interesa lograr. Desea aprender de ellos cómo tener un éxito similar.
Un coach *puede* tener experiencia en lo que se está discutiendo. Aunque no lo supieras en el momento de contratación. Personalmente, me gusta entrar y salir del modo de coaching para compartir mi experiencia con mis coachees. Como oferta. Que ellos elijan si lo usan o no.
En mi caso, a posibles clientes les puede interesar mi implicación en la diversidad y la inclusión, mi formación en análisis empresarial o con software financiero. Al final del día, nos alegra cuando nos eligen 😉
Si me pides mi opinión: yo pondría la química por encima de la formación profesional, pero me doy cuenta de que podría ser un factor para algunos.
Enfoque y límite de tiempo
Mi recomendación de despedida es asegurarnos de que se lleve a cabo una sesión de objetivos, para que haya un propósito en las sesiones, una forma de seguir nuestro rumbo hacia los resultados. Queremos también tener un marco de tiempo hacia el logro de nuestras metas, esto es parte de lo que nos da enfoque y energía.
¿Tiene más preguntas? No dudes en contactarme.